Los tipos de calderas de biomasa más habituales son las calderas de biomasa convencionales que utilizan un tipo de biocombustible, bien sea este el pellets, las astillas, leña, hueso de aceituna, etc,..También hay calderas mixtas o policombustibles, es decir, calderas que permiten el uso alternativo de dos combustibles, por ejemplo, pellet y astilla, de tal manera que dependiendo del suministro o precio del policombustible la caldera puede usar un combustible u otro. Este tipo de calderas de biomasa requieren de mayor espacio para almacenar los tipos de combustible y alimentar la caldera, son calderas totalmente automáticas para facilitar el cambio de un combustible a otro y obtienen un rendimiento muy alto.
Otro tipo de caldera serían las calderas de pellets de condensación, que al igual que las calderas de condensación, aprovechan el calor latente de la condensación y por tanto son más eficientes. Este tipo de calderas, tal y como informa el Observatorio de la Biomasa a través de su página web, alcanza un rendimiento de hasta el 103%.
Las nuevas calderas de condensación de biomasa consiguen rendimientos de hasta un 105% permitiendo un ahorro de combustible de hasta un 12%.
Y por último, destacar que también existe la posibilidad de adaptar calderas convencionales de carbón para ser usadas con biomasa. Obtienen menor rendimiento, pero pueden ser una opción si ya se cuenta con una caldera antigua.
Fuente: caloryfrio